Los
invitamos a que conozcan, naveguen y opinen acerca de nuestra página web:
La actividad
física da resultados en un abrir y cerrar de ojos. Comenzando porque durante el
ejercicio se liberan en el cerebro las hormonas llamadas endorfinas, también
conocidas como las hormonas del “sentirse bien”, las cuales ayudan al cuerpo a
responder positivamente ante el estrés, mejorando considerablemente el humor.
Los beneficios que se obtienen más rápidamente
- Contribuye a una sensación de bienestar general, aumenta la ilusión de vivir, la alegría y el optimismo.
- Mejora la imagen de sí mismo@.
- Reduce tensiones, estrés y ansiedad, por lo tanto, mejora el estado de ánimo y disminuye la apatía.
- Promueve y facilita la relación con otras personas.
Lento pero seguros
- Evita la pérdida de la masa muscular y la descalcificación de los huesos, que ocurre con la edad.
- Mantiene y se recupera la flexibilidad de las articulaciones.
- Mejora la elasticidad, la fuerza, la agilidad, los reflejos, el equilibrio, y la coordinación.
- Ayuda a la movilidad de las articulaciones.
- Ayuda a reducir la prevalencia de discapacidad asociada a caídas, dolor de la cintura, osteoporosis y artritis (sobre todo, cuando el ejercicio está dirigido para mejorar la fuerza y la flexibilidad).
- Fortalece el sistema circulatorio.
- Ayuda a controlar la gordura, la diabetes, y el colesterol.
- Aumenta la capacidad vital del aparato respiratorio con mejoría en la ventilación y, por lo tanto, el aporte de oxígeno y la eliminación de bióxido de carbono.
- Mejora la circulación, pues el corazón optimizará su bombeo de sangre.
- Aporta beneficios espectaculares en el sistema nervioso, ya que aumenta la respuesta de los transmisores de las neuronas y mejora los sentidos: vista, oído y tacto.
- Mejora el sueño y los tiempos de reposo, por lo que se reduce la necesidad de tomar medicamentos para dormir.
- Mejora los estados depresivos, incrementa el apetito y reduce el estreñimiento.
- Agiliza la memoria, la concentración y la atención.
- Disminuye el insomnio y la tensión nerviosa.
- En general, reduce los costos de la atención médica, porque aumenta la resistencia a las enfermedades, como presión alta.
- Ayuda a mantener una vida más independiente.
Las
actividades físicas que más se recomiendan a las personas adultas mayores son:
caminar, correr, trotar, andar en bicicleta en lugares seguros, o bicicleta
fija; ejercicios aeróbicos de bajo impacto: cualquier tipo de baile, gimnasia,
Yoga, Tai-chi, cachibol, entre otros.
Antes de
comenzar a hacer cualquier ejercicio es importante consultar a un médico, sobre
todo si padece de presión alta, asma, bronquitis crónica, del corazón, dolores
articulares, artritis o dolor de espalda, gordura excesiva y diabetes no
controlada.
En el caso
de las personas adultas mayores que están en tratamiento para adelgazar bajo
vigilancia médica, se garantiza que la combinación de la dieta y el ejercicio
tiene muchos factores positivos, uno de ellos es que tiene un efecto protector
frente al desarrollo de enfermedades crónicas como las del corazón.
Los
ejercicios deben ser relajadores y agradables. Se deben comenzar poco a poco y
aumentar gradualmente. Hacer un calentamiento previo, utilizar ropa y zapatos
cómodos y con suela antiderrapante, de algodón si se puede. Deben hacerse
seguido, de ser posible diario, o mínimo 4 días a la semana, con una duración
de 20 a 30 minutos. Hacerlo en grupo es más divertido, es un excelente pretexto
para reunirse con amigos, compañeros y vecinos, además de que genera mayor
compromiso.
Caminar es el mejor ejercicio
El cuerpo
humano está diseñado para eso, además de que esta actividad no requiere de equipo
o instalaciones especiales. De caminar se puede pasar a correr.
El ejercicio
de bajo impacto como caminar no tensa las coyunturas y los ligamentos y sí
proporciona excelentes beneficios para la salud.
Camine con
pasos largos y firmes, tenga la cabeza erguida, la espalda derecha y el
estómago plano. Balancee sus brazos estirados pero relajados a los lados de su
cuerpo y al ritmo de la marcha.
Comience una
rutina de caminata diaria de 15 minutos. Inicie caminando con lentitud para
calentar durante 5 minutos, luego 5 minutos más rápido. Enfríe caminando más
lentamente unos cinco minutos y de preferencia hágalo en piso suave: arcilla,
pasto o tierra.
Es
importante escuchar al cuerpo. Si se siente muy agitado baje el ritmo pero no
se detenga bruscamente, sólo hágalo si siente jadeo excesivo y palpitaciones, o
siente náuseas o imposibilidad para recobrar su respiración normal durante
varios minutos, (asegúrese de no caerse, siéntese, pero no se acueste; si tiene
oportunidad, recárguese en una pared o un árbol y pida ayuda).
Todo esto y más USTED lo aprenderá
en:
“Curso para
Cuidadores de Adultos Mayores”
–Una Alternativa
Laboral-
Informes:
institutovejezyenvejecimiento@gmail.com
Ernesto Padilla
Nieto 044 555217 9291
jepadilla56@gmail.com
Elizeth Altamirano
López 04455 2728 2630 psicorock@hotmail.com
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