Los
principios de profilaxis y autocuidado se aplican en todos los niveles
relacionados con la salud. Para este caso, se enfocarán al primer nivel de
prevención y para ello se exponen los aspectos en donde se ha comprobado que
tiene mayor impacto su aplicación. Además, se incluyen consejos y
recomendaciones sencillas para que puedan llevarse a la práctica con mayor facilidad.
El primer
nivel de prevención se enfoca a la nutrición, a la descripción de los hábitos nocivos
para la salud, a la vacunación, la activación física, a conocer sobre los análisis
clínicos mínimos realizados o recomendados por expertos, a la vigilancia de los
sentidos de la vista y el oído, la importancia de la higiene corporal y los riesgos
de la automedicación, además del cuidado y prevención de gripas y diarreas. Otros
temas que entran en este nivel son los relacionados al consumo de alcohol y de
tabaco.
Esta
información es de gran utilidad para las personas que aún no padecen una
enfermedad grave y que bien llevada a cabo redundan en un organismo más cuidado
y con mayor resistencia a las enfermedades. Pero, en caso de padecerlas ayudará
a mantener el cuerpo en mejores condiciones para una óptima funcionalidad y
autonomía.
La mejor
manera de promover una buena salud y prevenir enfermedades es actuando sobre
los factores que ponen en riesgo a la salud y que son los responsables de los cambios
que ocurren en la funcionalidad y la autonomía de las personas adultas mayores.
Estos pueden ser los malos hábitos alimenticios, abusar al consumir tabaco,
alcohol, sal, grasas animales, el sedentarismo, la obesidad, unido todo ello al
mal cuidado de las enfermedades existentes.
La
importancia de la familia. Tener y mantener una buena salud no sólo es una cuestión
individual, está muy ligado al entorno donde viven y se desarrollan todas las
personas, de ahí que la familia tenga un papel fundamental en la adquisición de
buenos hábitos para el autocuidado y la prevención de enfermedades y
accidentes.
La familia
puede ser generadora de salud física y mental, pero también la causante de una
mala calidad de vida.
A medida que
las personas van envejeciendo, sus redes de apoyo con las cuales se han
vinculado (la familia, la escuela, el trabajo, las instituciones, las
amistades, los clubes, etcétera) se van debilitando y desapareciendo; por lo
cual la familia cobra mayor importancia, y en muchas ocasiones es el mejor
lugar para las personas envejecidas.
Está
demostrado que las personas adultas mayores tienen una mejor calidad de vida
cuando viven en el seno familiar, en la cual se le respeta y se le brinda un espacio
de participación y de intercambio. Sin embargo, también hay evidencias de que
en las familias se puede generar maltrato, abandono y violencia.
Por ello es
importante que se le brinde a la sociedad en su conjunto los elementos básicos
para fortalecer a las familias a través de la difusión de una cultura de la vejez;
la cual debe tener como eje, que desde el entorno familiar se reconozcan las
aptitudes y cualidades de las personas adultas mayores, así como sus
expectativas, necesidades, capacidad de opinar y de decidir; en resumen, que se
les considere como gestores de su propio desarrollo saludable y autónomo.
En la medida
en que la persona adulta mayor conozca los factores que afectan su bienestar físico,
se sentirá más segura e independiente. Está comprobado que los adultos mayores
son colaboradores entusiastas en su propio cuidado y en el de los demás, para
lo cual se requiere de elementos que lo ayuden a ejercerlo.
Todo esto y más USTED lo aprenderá
en:
“Curso para
Cuidadores de Adultos Mayores”
–Una Alternativa
Laboral-
Informes:
institutovejezyenvejecimiento@gmail.com
Ernesto Padilla
Nieto 044 555217 9291
jepadilla56@gmail.com
Elizeth Altamirano
López 04455 2728 2630 psicorock@hotmail.com
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