miércoles, 5 de abril de 2017

Prevención

Los principios de profilaxis y autocuidado se aplican en todos los niveles relacionados con la salud. Para este caso, se enfocarán al primer nivel de prevención y para ello se exponen los aspectos en donde se ha comprobado que tiene mayor impacto su aplicación. Además, se incluyen consejos y recomendaciones sencillas para que puedan llevarse a la práctica con mayor facilidad.

El primer nivel de prevención se enfoca a la nutrición, a la descripción de los hábitos nocivos para la salud, a la vacunación, la activación física, a conocer sobre los análisis clínicos mínimos realizados o recomendados por expertos, a la vigilancia de los sentidos de la vista y el oído, la importancia de la higiene corporal y los riesgos de la automedicación, además del cuidado y prevención de gripas y diarreas. Otros temas que entran en este nivel son los relacionados al consumo de alcohol y de tabaco.

Esta información es de gran utilidad para las personas que aún no padecen una enfermedad grave y que bien llevada a cabo redundan en un organismo más cuidado y con mayor resistencia a las enfermedades. Pero, en caso de padecerlas ayudará a mantener el cuerpo en mejores condiciones para una óptima funcionalidad y autonomía.

La mejor manera de promover una buena salud y prevenir enfermedades es actuando sobre los factores que ponen en riesgo a la salud y que son los responsables de los cambios que ocurren en la funcionalidad y la autonomía de las personas adultas mayores. Estos pueden ser los malos hábitos alimenticios, abusar al consumir tabaco, alcohol, sal, grasas animales, el sedentarismo, la obesidad, unido todo ello al mal cuidado de las enfermedades existentes.

La importancia de la familia. Tener y mantener una buena salud no sólo es una cuestión individual, está muy ligado al entorno donde viven y se desarrollan todas las personas, de ahí que la familia tenga un papel fundamental en la adquisición de buenos hábitos para el autocuidado y la prevención de enfermedades y accidentes.

La familia puede ser generadora de salud física y mental, pero también la causante de una mala calidad de vida.

A medida que las personas van envejeciendo, sus redes de apoyo con las cuales se han vinculado (la familia, la escuela, el trabajo, las instituciones, las amistades, los clubes, etcétera) se van debilitando y desapareciendo; por lo cual la familia cobra mayor importancia, y en muchas ocasiones es el mejor lugar para las personas envejecidas.

Está demostrado que las personas adultas mayores tienen una mejor calidad de vida cuando viven en el seno familiar, en la cual se le respeta y se le brinda un espacio de participación y de intercambio. Sin embargo, también hay evidencias de que en las familias se puede generar maltrato, abandono y violencia.

Por ello es importante que se le brinde a la sociedad en su conjunto los elementos básicos para fortalecer a las familias a través de la difusión de una cultura de la vejez; la cual debe tener como eje, que desde el entorno familiar se reconozcan las aptitudes y cualidades de las personas adultas mayores, así como sus expectativas, necesidades, capacidad de opinar y de decidir; en resumen, que se les considere como gestores de su propio desarrollo saludable y autónomo.

En la medida en que la persona adulta mayor conozca los factores que afectan su bienestar físico, se sentirá más segura e independiente. Está comprobado que los adultos mayores son colaboradores entusiastas en su propio cuidado y en el de los demás, para lo cual se requiere de elementos que lo ayuden a ejercerlo.

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Informes:
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