La medicina preventiva
o profiláctica pertenece a una medicina moderna, tiene las características de ser
menos costosa que la medicina curativa y su utilización permite llegar a una
edad avanzada más saludable e independiente. Una de las formas de ponerla en
práctica es a través del autocuidado.
La enseñanza
del autocuidado busca proporcionar experiencias que permitan reconocer cuáles son
los problemas de salud menores y cuáles son los que requieren de la asistencia de
un profesional o de una institución de salud. Simultáneamente, con esta educación
se está generando una mayor responsabilidad por parte de las personas respecto a
su propio cuidado, además de enseñarles a utilizar los servicios que existen a
su alrededor.
Está comprobado
que las personas adultas mayores están interesadas en tener información y entender
sus problemas de salud, así como de participar en su control y manejo. También es
común que las familias tengan ese mismo deseo. Esta idea se puede enriquecer con
el concepto de geriagogía que significa enseñar a envejecer como una tarea social
pues involucra a todas las personas. Muestra que, si bien la vida cambia no impone
necesariamente limitaciones y que, aun en las últimas etapas del ciclo vital, las
personas pueden estar llenas de experiencias y ser socialmente constructivas.
La herramienta
indispensable para alcanzar una mejor calidad de vida es la educación para la salud,
porque surge de un conjunto de acciones que se realizan para influir en el conocimiento
y en los hábitos de las personas con la finalidad de prevenir riesgos y de proteger
la salud; así como generar una mayor responsabilidad sobre el cuidado y la vigilancia
de la misma. Para ello, desde 1983 la Organización Mundial de la Salud, quiere lograr
una participación más activa por parte de la sociedad en el cuidado de su
organismo, fomentando que cada quien adopte una filosofía de responsabilidad en
la obtención de una mejor salud, a partir de que:
- Los individuos deben educarse en los conocimientos y procedimientos a su alcance para conservar y mejorar su salud, al mismo tiempo que evitar daños.
- Los profesionales de la salud deben convertirse en educadores de sus pacientes y de la comunidad.
- Los familiares y demás miembros de la sociedad deben ser colaboradores en los procesos de salud de su propio entorno familiar y de la colectividad.
El autocuidado
se presenta como un conjunto de decisiones, acciones y estrategias que asume una
persona para mantener y mejorar su estado de salud, para prevenir, diagnosticar
y atenuar el impacto negativo de la enfermedad. Esto puede ser a partir de guardar
las historias clínicas (expedientes), las recetas, los resultados de los análisis
de laboratorio, saber cómo tomarse el pulso y la temperatura, llevar un control
de peso; por otro lado no aceptar tratamientos que se desconozca su origen y, sobre
todo, no automedicarse.
Se debe considerar
que además de las acciones preventivas realizadas por las personas adultas mayores
como: comer bien, ejercitarse y hacer un correcto uso de las medicinas, no es suficiente.
Existe otro nivel de prevención que las personas no pueden hacer por sí mismas;
esto es, que deben acudir a servicios de salud preventivos, practicados por expertos
en medicina.
La visita a un
médico es importante porque él podrá ayudar a prolongar la salud y la calidad de
vida para los años posteriores. Muchas enfermedades graves pueden prevenirse o
mantenerse controladas si se detectan
tempranamente.
Es
conveniente que antes de ir al médico prepare la siguiente lista en la que
anote:
- Los síntomas que se han tenido, por sencillos que parezcan.
- Los nombres de los medicamentos que se han estado tomando (lo mejor sería llevar en una bolsa las cajas para que el médico pueda saber qué sustancias contienen).
- Las preguntas que se le quieren hacer durante la consulta para que no se olviden, éstas pueden ser: qué es lo más recomendable para un mejor cuidado de la salud y cómo prevenir riesgos.
En la visita
pueden darse de las siguientes situaciones:
- El médico comenzará preguntando la historia personal, ya que en ella se tienen que describir los hábitos de salud (qué y cuántas veces come al día, si hace ejercicio, si bebe alcohol o fuma, si duerme bien o no, etc.).
- Posteriormente, preguntará sobre la historia médica o clínica. Se debe mencionar cualquier cambio que se haya experimentado en la salud desde la última consulta, hasta el problema más pequeño relacionado con su bienestar físico, síquico y/o emocional, y cualquier modificación en la visión, audición y el equilibrio.
El sistema de salud se divide en tres niveles de atención: 1er. nivel,
el diagnóstico y tratamiento oportuno de enfermedades cuya solución es posible a
través de una atención basada en recursos de poca complejidad técnica, como planificación
familiar y protección de la salud respaldándose en cuatro niveles de prevención.
El 2° nivel de atención otorga servicios a pacientes derivados del primer nivel
o aquéllos que se presentan con urgencias médico-quirúrgicas cuya resolución demanda
la combinación de técnicas de mediana complejidad, tanto en el diagnóstico como
en el tratamiento. El 3er. nivel de atención proporciona los ser- vicios de consulta
externa, hospitalización y rehabilitación en casos de padecimientos de alta complejidad
diagnóstica y terapéutica.
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