La
sexualidad de las personas adultas mayores va muy relacionada con la que
tuvieron en edades más jóvenes. Un hombre saludable que ha sido sexualmente
activo, puede continuar en alguna forma expresando su actividad sexual en edad
avanzada.
Fisiológicamente,
las mujeres son aptas para mantenerse activas sexualmente todo el tiempo. Un obstáculo
para ellas puede ser la carencia de un compañero interesado y en muchas
ocasiones por el contexto social en el que viven, especialmente por su papel de
la abuelita tierna y “asexuada”. Es vital para toda persona y en especial en la
edad adulta mayor, satisfacer la necesidad de sentir, dar y recibir ternura y
afecto, sentirse aceptado y querido, ser tomado en cuenta, ser respetado; así
como compartir vivencias que van desde la presencia física del otro, con quien
se puede comentar y disentir, hasta compartir un lecho, el contacto con la piel
del otro cuerpo y disfrutar de la capacidad orgásmica.
No parece
haber razones profundas para pensar que la expresión sexual en esta edad no sea
satisfactoria y placentera. Lo importante de esta expresión es la calidad, la
armonía y la comunicación de la pareja.
Cabe
destacar que sí hay cambios fisiológicos, pero eso no significa que se deban
alterar las actividades sexuales. Todo parece indicar que esta etapa de la vida
es un tiempo de aprender a adaptarse a estos cambios y muchos otros, y que la
actividad sexual puede seguir tanto tiempo como deseen las personas que la
ejercen.
Tocarse,
abrazarse y apapacharse, produce un sentimiento de reafirmación, de que la
persona es necesaria, amada y deseada. La expresión sexual también ayuda a las
personas adultas mayores a sentirse atractivas y bien consigo mismas.
Físicamente, provee de un excelente ejercicio, mejora la circulación y
fortalece los pulmones y el corazón. Emocionalmente trae placer y plenitud, sobre
todo al aceptar la propia sexualidad y la de los demás como un proceso sano y
humano.
Hay que
considerar que a algunos hombres les cuesta trabajo llegar a la erección y ya
conseguida ésta, se sabe que la mantienen más tiempo que en la juventud. En las
mujeres se presenta el problema de la falta de lubricación y elasticidad
vaginal, para lo cual se recomienda la utilización de aceites minerales.
Para lograr
una mayor excitación, se puede recurrir a la estimulación manual entre ambos o
a la autoestimulación erótica, lo cual puede ayudar a descubrir o redescubrir
las zonas del cuerpo con mayor sensibilidad.
Psic. Elizeth Altamirano López
Ced. Prof. 3890475
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e-mail: psicorock@hotmail.com
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