viernes, 28 de octubre de 2016

Jubilarse

Resultado de imagen para jubilacion adulto mayorAdemás de la oportunidad de encontrarnos a nosotros mismos, la jubilación nos brinda la posibilidad de reencontrarnos con aquellas personas a las que, por causa del trabajo, habíamos desatendido e incluso alejado (física o emocionalmente) de nosotros. El cese de la actividad laboral nos va a permitir volver a dedicar nuestra atención a familiares y amigos a los que estimamos y queremos y volver a “encontrarnos” con ellos con el tiempo y la serenidad que tal vez hasta ahora no teníamos.

La jubilación nos permite mejorar nuestra red de relaciones en cantidad, porque tenemos más tiempo para dedicar a otras personas, pero también en calidad, porque la concentración que exigían las tareas laborales y el agotamiento que producía han desaparecido. Ahora podemos estar de verdad con otros miembros de nuestra familia, cuadrilla o grupo de amigos, escucharles, ofrecernos a ellos, darles y recibir su afecto, compartir experiencias y alegrías... y todo ello sin tantas limitaciones como en el pasado.

Se ha dicho que dos de las cosas que más directamente inciden en que las personas se sientan felices son: estar activos y compartir el tiempo con personas amigas con las que mantenemos una auténtica comunicación. Sin embargo no todos hemos podido dedicar tanto tiempo como hubiéramos deseado a estar con nuestros familiares y amigos y, a menudo, nuestra relación con ellos se ha enfriado, la comunicación no es sincera y por ello nos hemos distanciado y nos mantenemos en un nivel de superficialidad que no nos hace sentirnos plenamente felices.
Ahora que al jubilarnos tenemos más tiempo estamos en el momento adecuado. No olvidemos que la amistad sincera es como una planta que requiere cuidados diarios. Si no se riega a menudo se irá secando y perdiendo hojas. Si, cuando esto sucede, no nos apresuramos a regarla y fertilizar la tierra, seguirá secándose y las hojas empezarán a caer. Si al verla tan débil y menos bonita que de costumbre dejamos definitivamente de preocuparnos por nuestra planta, evidentemente morirá y lo que es peor de todo, si no tenemos otras plantas, al cabo de poco tiempo, hasta habremos olvidado cómo se cuidan. Podríamos decir que, si queremos que nuestras plantas se mantengan bonitas y sanas (y llegar a tener un grupo de personas importantes para nosotros con las que compartir nuestra vida, nuestras inquietudes, alegrías, tristezas y dificultades cuando nos jubilamos), será necesario que nos gusten las plantas y nos pongamos manos a la obra. Para ello tal vez debamos aprender de nuevo a coger la regadera y el abono o, lo que en este caso es lo mismo, mejorar un poco nuestras habilidades para la comunicación con otras personas.

El reencuentro tras la jubilación es especialmente importante en el ámbito de la familia y puede revestir cierta complejidad. Las características de la familia han cambiado mucho a lo largo de la historia en cuanto a su composición y tamaño pero siempre ha existido un elemento común que es el sentimiento de intimidad que sentimos con los miembros de nuestra familia.

La familia suele ser nuestro primer entorno social pero es innegable que existen grandes diferencias en cuanto a su significación para el sujeto. Hay familias más unidas y protectoras y otras que incluso pueden llegar a ser un tanto amenazadoras para sus miembros.


Los lazos y afectos que comparten los miembros de cada familia son diversos y, según sus características, la jubilación de uno de sus componentes puede tener un impacto más o menos fuerte sobre ella. También será diferente la capacidad de apoyo de la familia a la persona que se jubila y su adaptación a los cambios.
Psic. Elizeth Altamirano López
Ced. Prof. 3890475
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